lunes, 18 de noviembre de 2013

Brompton. La pequeña de la casa (I)

Antes de trasladarme a Barcelona, y con el fin de facilitar la movilidad con ruedas y libre de humos de Mila en esta ciudad, se me ocurrió buscarle una bici que en el sur no he tenido el placer de ver rodar por Málaga muchas veces; sin temor a equivocarme, creo que no he visto más de una decena, y ninguna estacionada (faltaría más, que atrevimiento) en los escasos emplazamientos para bicis que el Ayuntamiento de esta urbe ofrece a sus ciudadanos y visitantes. La única tienda taller donde he podido verlas de cerca es la de nuestro amigo Peter de Recyclo. La particularidad de este tipo de velocípedo, es esencialmente su facilidad en el plegado; gracias a ello los poseedores de este artilugio con ruedas la llevan consigo a todas partes.
En otras ciudades peninsulares e insulares donde la movilidad con la bici se combina con otros medios de transporte, es más fácil de ver. Sobre todo, y como en el Sur se dice, de Despeñaperros hacia arriba... y donde más hay -opino- es en Barcelona
En amor a la verdad, unos meses antes de ubicarnos en Barcelona, estuvimos haciendo indagaciones en Pamplona sobre los talleres y tiendas de bicicletas (lo que los modernos llaman estudio de mercado) y Mila y servidora tuvimos la oportunidad de encontrar varios talleres que reparaban estas singulares bicicletas. Tuvimos el placer de conversar con un chico muy majo de un taller de bicis que nos derribó, en cierto modo, la leyenda de las Brompton con respecto a su fama como la mejor bici plegable (folding para los modernos). Sin denostar en absoluto las cualidades de firmeza del cuadro cuando pedaleas sobre ella y la agilidad de la misma, nos hizo ver detenidamente la simplicidad y calidad media en algunos de sus accesorios (léase, manetas de freno, pedales y palancas de cambio).
En un principio me inclinaba por localizar una de 3 velocidades y luego afiné sobre el tipo de manillar, aunque al limitar mi búsqueda al mercado de segunda mano, no era fácil que mi deseo coincidiera con la escasa oferta de estas bicis; leyendo y releyendo en foros, blogs y demás fuentes cibernéticas las cualidades de uno y otro modelo me decidí apostar por la combinada de piñones y cambio interno, que da mas juego.
Como el regalo era sorpresa, hice todas las gestiones hasta conseguir el velocípedo sin contarle nada.
Que la Brompton llegara a casa -Málaga- fue gracias a la inestimable generosidad de Musti y Laura. En cierto modo, pillar una bici a distancia sin verla de cerca tiene sus riesgos, pero me lié la manta a la cabeza y los asumí, confiando que el estado que la bici fuera bueno, tras el Vº Bº de Musti y así fué.

Las primeras fotos de la Brompton fueron estas.


El estado de conservación era bueno y así llegó a casa tras un viajito peculiar.


Al probarla por primera vez, las primeras sensaciones de manejabilidad emergieron rápidamente y ojeandola de cerca, eché en falta el cierre del basculante que este modelo no traía de fábrica. Por otro lado vi que necesitaba ajustar un poco el freno trasero y al chequearla de cerca descubrí que le faltaba la pieza que bloquea la tija cuando está plegada, además, tenía el tornillo del eje del freno trasero doblada, y le faltaba una pieza de plástico que hace que la bici se bloquee del todo cuando está plegada y la puedas levantar sin que se abra. Busqué por internet repuesto y no encontré el tornillo suelto, sino que tenía que hacerme con la herradura completa y aunque la herradura la fabrica Alhonga, ésta solo hace este modelo para Brompton; así que opté por llevar la pieza a un tornero.

Juande y yo nos acercamos al local para desmontar el freno, no sin pocas dificultades, y al no tener el clip de sujeción, la parte trasera de la bici caía al elevarla en el banco de trabajo, inconveniente que fué solucionado con un amarre a lo tío Manolo, con una bolsa de plástico, que fue lo primero que pilló Juande para evitar que basculara la parte trasera. Sacar el tornillo costó lo suyo porque al estar torcido bloqueaba la extracción de toda la parafernalia que sujeta (guardabarros, portamantas, freno y enganche al cuadro).


Fueron necesarios tres (o cuatro) viajes para que el trabajo del tornero quedara como pedimos: perfecto; idéntico diámetro en sus respectivas partes del cuerpo del tornillo y longitud de roscado. Unos chicos majos los de Rectificados Manolito (Flores García, 3 - Málaga) la tienda de repuestos con taller de rectificados, con los cuales tuvimos la oportunidad de charlar largo y tendido sobre bicis clásicas, ya que cuando llevamos el tornillo en sí, yo llevaba la Puch Free Spirit que les encantó... y a partir de ahí y de los viajes de ida y vuelta pasamos unos ratos divertidos y de intercambio de datos bicicletiles.
Una vez montado el tornillo, días después, aproveché alguna tarde para rodar con unas amigas por la ciudad y hacer una paradita. Tuve el valor de candarla junto a las dos beteras (eso sí a 5 metros de donde estábamos sentadas) para tomar un refresco.


Pero claro, mi inminente traslado a Barcelona por tiempo indefinido traía consigo transportar equipaje, bici y gato en avión. ¡¡En menudo lío me estaba metiendo!! pero bueno, todo sale.
De nuevo y gracias a Peter de Recyclo, el problema porte Brompton se solucionó: me facilitó una caja de las que almacena en la retaguardia de su tienda, la cual fue tuneada como regalo para Mila.


Y heme aquí viajando cómodamente en el pasaje que Vueling me facilitó con Trodo en el transportín, destino ¡¡Barcelona!

Los maullidos del campeón gatuno durante el vuelo fueron notables, a pesar del tranquilizante que me facilitó Alonso Martínez, el veterinario de Trodo con nombre de estación de Metro de Madrid. Ninguno de los dos hicimos un viaje, de los que se dicen estupendo, pero ya estamos en tierra y la aventura sigue.

A continuación detallo un poco los orígenes de las Brompton, me he documentado un poco, leyendo aquí y en webs y prensa británica, donde la información es mucho más amplia.


Un poco de historia sobre Brompton

No es oro todo lo que reluce y a veces para conseguir algo el camino es de rosas... pero espinosas, espinosas. Y es curiosa la historia de los comienzos de esta empresa británica creada por Andrew Ritchie, jardinero paisajista durante unos años, y con estudios de ingeniería, creó a mediados de los 70 un prototipo inspirado, según parece ser en el diseño de las Bickerton, una bicicleta plegable que se fabricaba y vendía por aquellos entonces en el Reino Unido -años 1971 a 1989-. La coincidencia hizo que el padre de Andrew (corredor de bolsa) se topara con un ingeniero que buscaba financiación para la empresa que fabricaba las Bickerton.

Después del contacto que mantuvieron, y al conocer un poco los entresijos del diseño de las Bickerton, la intención de Andrew Ritchie era fabricar un modelo y vender los derechos a una empresa bicicletera, y aunque los británicos tienen fama de ser muy suyos, en este caso no funcionó y empecinado en su creación, montó un taller en su casa para perfeccionar el modelo.

Prototipo Brompton

Realizó varias modificaciones en su modelo inicial cambió a ruedas de 18", en un principio el manillar se desdoblaba y lo dejó compacto. La bisagra del eje trasero supongo que era lo que la diferenciaba del resto de las plegables, no lo tocó. De todas formas e introducidos algunos cambios el handicap del peso presentaba un inconveniente si se comparaba con la Bickerton que tenía el chasis de aluminio. Pero todo es insistir y mejorar los prototipos y después de muchas visicitudes para intentar encontrar un fabricante y cinco años mejorando el concepto Brompton, consiguió que 30 amigos le adelantaran dinero para fabricar sus bicis y conviertiéndose en el propio fabricante. Así poco a poco fue multiplicando el número de encargos y con ello mejoraba el equipamiento del taller.


Las primeras Brompton eran más caras que las Raleight Stowaway la Bickerton, el modelo que le encendió la lucecita.

Raleight Stowaway
Bickerton
Gracias a la fabricación de estas bicis de encargo pudo empezar, no sin problemas, a producir más, pero muy lentamente incluso con alguna parada. Aun quedaba por mejorar aspectos técnicos del diseño del cuadro, aligerar peso cambiando a ruedas de aluminio (hasta 1982 eran de acero), cambiar el manillar por uno de aluminio también y rediseñar la "potencia". Buscar proveedores para materiales "tan Brompton" no era fácil, ya que requería desembolsos que no tenía para hacer pedidos de gran volumen. Después de más de cinco años consiguió una inyección de capital... y poco antes de empezar a rodar la cosa en serie y en serio, el diseño de la Brompton recibió un galardón en una feria de bicicletas ¿Cyclex? (1987) quedando finalista con la Peugeot Comete, que era una bicicleta de carretera y comparándola con la innovación de la Brompton por suerte, lo "nuevo" se impuso sobre las mejoras de lo "conocido". No hay que obviar la competencia existente en aquel presente de finales de los 80,  la bicicleta de montaña, ya había roto moldes y emergía con ganas rodar por monte.

Peugeot Comete
En el año 87, salían unas 60 bicis Brompton al mes de la factoría de Middlesex, en 1998 la cifra se elevó a 200 bicis semanales en Brendtford y la tenacidad de Andrew Ritchey logró que en el año 2008 salieran 500 bicis a la semana. Y esta expansión continua, y quizá lo que más me agrada es saber que aún se fabrican bicicletas en Europa, no todo tiene que hacerse en el continente vecino de Asia.

Cerrando este post y tras rodar con esta pequeña bici, mi opinión es que la versatilidad que las Brompton tienen es, sobre todo, su facilidad de plegado y el reducido tamaño de ésta una vez "doblada" incluso diría que queda bonita la estética si comparamos con otras plegables en su momento recogida. La estabilidad y dureza de su cuadro es una cualidad que la hace, además, singular en el mundo de las "folding" y la batalla (distancia entre los ejes de las ruedas) la hace muy manejable. El tamaño de los platos que monta, sobre todo de 50 o 51 dientes, compensa el pequeño diámetro de sus ruedas de 16", así como las multiplicaciones que Brompton monta en sus velocípedos Sram de 3 velocidades o los modelos de 6 velocidades que combina el Sram con dos piñones externos y otro modelo con piñón único.
Cuando Brompton trabajó con Sturmey Archer (hasta el cierre de ésta en Septiembre del año 2000) las Brompton se montaron con el clásico de 3 velocidades y con el de 5 velocidades también; de esta última aún no he visto ninguna.


La Brompton naranja y negra lleva un Sachs de tres velocidades y dos piñones externos, portamantas e iluminación con dinamo Axa... ¡¡no está nada mal!! ¿que os parece?




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